Rehuyo la mirada del espejo, sé quién está ahí.... una niña sin maleta en la última estación de su vida,. ¿Por qué me dejaron las manos vacías, yo que llevaba en mi bolsa mariposas, flores, y ternura, una sonrisa ancha.... y un poquito de mal genio, llevaba guerrillas y trincheras, palabras para la justicia, versos y a veces silencios, también tenía una cajita pequeña de sueños, y un bote con luciérnagas para alumbrar noches oscuras por si la luna huía despavorida ante tanto dolor e impotencia... Entre el pelo prendí estrellas y en mis ojos llevaba el cielo y en la boca miles de húmedos besos....en la espalda pinté unas alas negras porque quería que sus manos embadurnadas de comprensión y ternura, me ayudaran a pintarlas de colores, para ser, para existir..... pero se estrellaron una madrugada contra la fría acera de febrero y ahora solo soy añicos de mi misma, pedazos esparcidos por debajo de las alcantarillas y manos desolladas de coser a puntadas de miedo, alas para un infierno.
Como Penélope, tejo para él, cada noche una manta de besos, que deshago al alba, para soñar que regresa cualquier madrugada.
Carmen García Ariza. Aunque ya sé, que nunca vendrá. Noviembre 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, me gusta saber que has visitado mi rinconcito.