Llueve luz
resbala por mis fuentes
y el rescoldo de la noche
se prende
de agua,
arde el cielo de mi boca
al recorrer tu lengua
el glacial que dejó
un despiadado invierno,
brotan flores de mis pezones
y mojan de besos
estos labios heridos
de tanto miedo.
Carmen García Ariza, Llueve luz, como si llovieran otoños. Septiembre 2014