Sí, justo así es
llamando a la muerte
para que no despierte
y saberte de nuevo
ausente.....
emparedada mi vida
todo se termina
no tengo alas, ni cielo
ni tengo por amigo ningún
destino....
Y la llamo en la madrugada
donde ya no quiero ser nada
ni vida que viva sin tu vida
ni muerte que me deje de nuevo
viva...
Y la espero desesperada
en esta agonía lenta
con los huesos rotos de dolor
abrazados a la misma muerte
abrazados al mismo
amor.
Carmen García Ariza. Esperándola. Noviembre. 2014
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