y el sudor que resbala por mi cuello
deja que duela este dolor
y lloren las puestas de sol
que perdí,
desnúdame la piel
y besa las alas de mis pechos
que tiemble mi vientre en tu boca
y que sienta el aliento de la muerte
oprimiéndome el pecho
en días oscuros sin ti,
quiero ser hambre
quiero que me hiera la injusticia
y el poder del avaro sin escrúpulos
quiero sentir la rabia de mi sangre
y ser las lágrimas del abandono y el olvido,
quiero ser también la risa
esa que estalla
sin saber por qué
y por nada...
y quiero amar sin medida
que prefiero no ser
antes que estar sin vida.
Carmen García Ariza. de tanta muerte, siempre nace de nuevo la vida. Septiembre 2014
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